Este fin de semana me espera una jornada de trabajo dura y larga, por la que no voy a ingresar nada extra en mi cuenta corriente: EL CAMBIO DE ARMARIO. Eso es, sacar la ropita de verano para guardar en cajas y porta trajes abrigos y chaquetones.
Hubo un tiempo en el que en mi vestidor tenía cabida tanto la ropa de verano como la de invierno, pero eso pasó a la historia. Se me ha quedado pequeño y la verdad es que tampoco es muy grande. Ya sueño con el día en que tenga mi propia casa (espero que en menos de 2 años) y habilite una habitación entera para colgar mis "trapitos".
Pues bien, voy a hablaros en este post de mis pasos a seguir para hacer el cambio de temporada.
GUARDAR LA ROPA INVERNAL
1. Lo primero de todo es guardar abrigos y chaquetones, que seguro no utilizaré más. Dejo colgados chaquetas de entre tiempo y cazadoras de cuero (perfectos, vaquera ...)
2. Luego guardo jerseys de punto gordo y cuello cisne, que tampoco me harán falta. Dejando los más finitos y cardigans, que suelen utilizarse mucho en las noches más húmedas de verano (al menos en Cádiz). Guardar pantalones y faldas de paño, a continuación.
3. En cuanto a camisas, blusas, jeans ... se quedan colgados durante todo el año, ya que son las prendas más ponibles y de las que nunca nos deshacemos a menos que estén en muy malas condiciones.
4. Llega el turno de las botas. Pasan a ocupar los huecos más altos de mi vestidor para dejar paso a sandalias y zapatos veraniegos en las baldas más bajitas (para tenerlas a mano). También dispongo de un zapatero que sufre pocos cambios, ya que principalmente tiene zapatos atemporales y bailarinas.
Ahora bien, la pregunta del millón, ¿Qué guardo para la temporada que viene y de qué me deshago? Pues yo tengo una primera regla de oro para decidirme. Todo aquello que no me he puesto este invierno y tampoco me llegué a poner el año pasado, es decir, llevas 2 temporadas sin ponertelo, se queda fuera. Excepto en el caso de que sea algo con mucho valor sentimental o que pienses que se puede volver a poner de moda en breve.
También decido no volver a guardar jerseys que ya están un poco gastados y más bien viejos y que seguro les viene mejor a alquien que realmente lo necesite. Por ello, en todos los cambios de armario, suelo sacar al menos una bolsa de ropa para Cáritas.
Otra cosa muy importante para mí es poner los cartelitos correspondientes a las cajas indicando cuál es su contenido, de manera que si necesito buscar algo urgente lo encuentre rapidamente.
SACAR LA ROPA DE VERANO
1. Lega el turno de hacer hueco para colocar la ropita de la nueva temporada. Lo primero y de lo que más dispongo son los vestidos. Logicamente tengo que colgar más de uno por percha porque si no, no tendría sitio para nada.
2. Blusas de tirantes. Me encantan!! Tengo un montón. Las voy colgando en sus perchitas para evitar que se arruguen demasiado.
3. En los cajones suelo dejar las T-shirts, que me acompañan todo el año. Ordenadas por modelos. En uno las de manga larga, en otro las de manga corta y en otro las de tirantes.
4. Por último hay que sacar de sus cajas las sandalias y zapatos más veraniegos. Aquí está mi problema. El calzado de invierno llama menos mi atención, pero el de verano es irresistible para mí. No he contado los pares que tengo pero es que ya no sé dónde meter zapatos!!Así que los voy colocando donde puedo, entre zapatero, baldas, bolsas especiales ...
Y aquí os dejo mi segunda regla de oro. A la hora de sacar la ropa de verano vas viendo prendas que apenas te pusiste el verano pasado, pues bien, es hora de analizar. ¿Por qué no me puse esto? Hay tres posibles respuestas con sus soluciones:
- Porque lo compraste al final de la temporada y ya no te dió tiempo porque entró el frío. En este caso lo mejor es conservarlo para tener la oportunidad de ponertelo esta temporada.
- Porque ya no se llevaba o no te gustabas con él puesto. En este caso lo mejor es que te desagas de esta prenda porque seguramente que tampoco la utilizarás este verano.
- Porque no sabes con qué ponertelo. En este caso consevalo y en la próxima compra ve a buscar algo con lo que combinar esa prenda.
Resumiendo, las asesoras de imagen y personal shoppers recomiendan que, a la hora de hacer el cambio de armario, dividamos las prendas en tres montones:
- Prendas que vas a seguir utilizando y, por tanto, vas a conservar.
- Aquellas cosas que no te vas a volver a poner, bien porque está viejo o porque ya no se lleva o, simplemente, ya no te gusta.
- Ropa que te gustaría conservar pero que apenas usas. Y éste es el montón que más tiempo requiere, ya que hay que decidir lo que vas a desechar (ya sabes, llevas más de 2 temporadas sin ponerte), o lo que vas a conservar (hay que buscar prendas que combinen para dar mayor uso).
Pues espero que este post especial CAMBIO DE ARMARIO os hay sido de ayuda a todas aquellas que estais a punto de hacerlo. Y a las que ya lo habeis hecho, ¿Seguís algunas pautas? ¿Cómo lo organizais? Que tengáis un muy feliz fin de semana!!